INTRODUCCIÓN
Cada día miles de cristianos son perseguidos sencillamente por que siguen a Cristo. Diariamente, millones de creyentes enfrentan la posibilidad de que se les confisquen sus propiedades; que sus líderes sean golpeados y puestos en la cárcel; y que se les haga daño a sus familias, e inclusive que los maten.
De hecho, la persecución de los cristianos estaba en la mente de Marcos cuando escribió el segundo evangelio del Nuevo Testamento, el evangelio de Marcos. La iglesia primitiva había sufrido de diferentes maneras. Pero, ¿Cómo iban los cristianos a entender el significado de su sufrimiento? ¿Qué les podía enseñar el ejemplo de Jesús acerca de sus dificultades? Marcos respondió preguntas como estas al contar la historia de la vida de Jesús en maneras que reforzaba la fe de los primeros cristianos y los animaba a perseverar.
Esta es la tercera lección de nuestra serie Los Evangelios y la hemos titulado "El Evangelio Según San Marcos." En esta lección, veremos la historia que Marcos nos da de Jesús para que apliquemos sus enseñanzas más efectivamente a nuestras vidas.
Nuestro estudio del evangelio de Marcos se va a dividir en tres partes principales. Primero, vamos a considerar el trasfondo del evangelio de Marcos. Segundo, vamos a explorar su estructura y contenido. Y tercero, veremos algunos de sus temas principales. Comencemos con el trasfondo del evangelio de Marcos.
TRASFONDO
Exploraremos el trasfondo del evangelio de Marcos al considerar al autor, Marcos, su audiencia original, y la ocasión o circunstancias presentes cuando escribió. Veamos primero al autor del evangelio.
Autor
Veremos la autoría del evangelio de Marcos en dos partes. Primero, veremos el punto de vista tradicional de su autoría. Y segundo, exploraremos la historia personal del autor. Comencemos con el punto de vista tradicional de la autoría de este evangelio.
Punto de Vista Tradicional
La tradición de la iglesia primitiva es unánime al pensar que el evangelio de Marcos fue escrito por Juan Marcos. Cuando vemos el Nuevo Testamento, Juan Marcos se describe como el sobrino de Bernabé. Él acompañó a Pablo y a Bernabé en su primer viaje misionero en el libro de Hechos. Se dice que su madre tenía una casa en Jerusalén en la cual se reunían los discípulos. Pedro lo menciona como su hijo en una de sus cartas. Papías dice que Juan Marcos siguió a Pedro por Roma y escribió sus enseñanzas con precisión. [Dr. Robert Plummer]
Entre los primeros escritores cristianos que dijeron que Marcos escribió el segundo evangelio está Papías. Papías vivió en el principio del segundo siglo, y fue un obispo en Asia Menor cerca del año130 d. C.
Sabemos del punto de vista de Papías por el famoso historiador de la iglesia Eusebio, quien escribió cerca del año 325 d. C. En su obra Historia Eclesiástica, Libro 3, capítulo 39, sección 15, Eusebio dijo lo siguiente acerca de Papías:
Marcos llegó a ser el intérprete de Pedro y escribió de manera exacta, pero no por orden, todo lo que recordaba de las cosas dichas y hechas por el Señor. Porque él no había oído al Señor ni había sido uno de sus seguidores, sino que más tarde, como he dicho, fue seguidor de Pedro. Pedro solía enseñar según la ocasión lo demandaba.
De acuerdo a Papías, el evangelio de Marcos era muy dependiente de las enseñanzas del apóstol Pedro. Marcos no había sido un testigo visual del ministerio de Jesús, pero él registró lo que Pedro había visto y oído de Jesús.
Creo que las más antiguas tradiciones que tenemos de la iglesia primitiva están lo suficientemente cercanas a la época de la redacción de los evangelios y su circulación para que la gente haya tenido buena información.Y uno de los mejores ejemplos de esto es lo que se sabe de Papías, quien fue un obispo de Hierápolis en Asia Menor al principio del segundo siglo. Papías escribió un gran libro el cual, tristemente, no ha sobrevivido, y solamente tenemos pequeños fragmentos, pero entre estos se encuentran unos comentarios acerca de los evangelios. Considerablemente, Papías nos cuenta que Marcos escribió su evangelio acatando la predicación de Pedro. Él fue el intérprete de Pedro según Papías, lo que quiere decir que supuestamente tradujo el arameo de Pedro al griego o latín. Papías nos dice que él compuso su evangelio de su conocimiento acerca de las predicaciones de Pedro. Creo que probablemente esa es la tradición más temprana y auténtica que tenemos de los evangelios y no veo ninguna razón para cuestionarla. [Dr. Richard Bauckham]
Otros escritores en la iglesia primitiva también afirmaron el punto de vista tradicional de que Marcos escribió este evangelio. Por ejemplo el Prólogo Anti-Marcionita al segundo evangelio, escrito cerca del año 170 d. C., directamente da la autoría a Marcos. El padre de la iglesia Ireneo, quien escribió cerca del año 177 d. C., también afirmó este punto de vista. Y además de esto, los manuscritos griegos más tempranos que le dan un título a este libro lo llaman "Según San Marcos."
La evidencia que afirma que Marcos escribió el segundo evangelio fue expandida en la iglesia primitiva. De hecho, no tenemos ningún registro de algún debate significativo sobre su autoría en la iglesia antigua. Aunque en siglos recientes algunos estudiosos han tratado de negar este punto de vista tradicional, no han refutado el testimonio antiguo de la autoría de Marcos, ni han podido apuntar a nada en el evangelio mismo que diga que Marcos no es su autor. Por estas razones, podemos afirmar confiadamente que Marcos escribió este evangelio.
Ahora que hemos confirmado el punto de vista tradicional de que Marcos escribió este evangelio, exploraremos su historia personal para que entendamos mejor su relato.
Historia Personal
Según Hechos 12:12, Marcos era el hijo de una mujer llamada María quien vivió en Jerusalén. En su casa algunos cristianos de Jerusalén se reunían a orar por Pedro cuando estaba en prisión. Así que, la asociación de Marcos con Pedro y otros apóstoles comenzó en esta época.
Marcos era también el sobrino de Bernabé, como lo mencionó Pablo en Colosenses 4:10. Él ayudó a Pablo y a Bernabé en su primer viaje misionero. Pero como leemos en Hechos 13:13, Marcos los dejó a mitad del viaje y regresó a Jerusalén.
Como resultado, Pablo no permitió que Marcos se le uniera en su segundo viaje misionero. Como leemos en Hechos 15:36 al 41, Pablo y Bernabé se separaron por este tema. Así que Bernabé tomo consigo a Marcos para ministrar en Chipre, mientras que Pablo escogió a Silas para reemplazar a Bernabé como su compañero de viaje.
Según Colosenses 4:10, Marcos posteriormente recobró la confianza de Pablo durante uno de sus encarcelamientos.
Más tarde, Marcos ayudó a Pedro cuando él ministraba en Roma. De hecho, tuvieron una relación tan cercana que Pedro llamó a Marcos, "mi hijo" en 1 Pedro 5:13. Fue probablemente durante este tiempo que Pedro enseñó a Marcos la mayoría de los detalles del ministerio terrenal de Jesús que se registran en el evangelio de Marcos.
Marcos o Juan Marcos, como es su nombre completo, es un personaje fascinante en la Biblia. Se le mira brevemente unas cuantas veces. Su madre se llamaba María quien tenía una casa en Jerusalén, lo sabemos, porque la iglesia se reunía en esa casa. Él era el sobrino de Bernabé, quien fue uno de los compañeros misioneros del apóstol Pablo. Viajó con Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero. La historia eclesiástica explica que él fue un asociado cercano a Pedro también. La tradición de la iglesia explica que el evangelio de Marcos es una especie de memorias de Pedro. Algunos dicen, "¿Quién es este Marcos? Él no fue un apóstol". Ciertamente no lo fue, pero veamos sus credenciales; credenciales muy increíbles. Seguramente él pudo ver y conocer a Jesús siendo muy joven en ese tiempo. Así que fue un testigo ocular de Jesús, prácticamente un testigo ocular a la resurrección. ¿Quiénes fueron sus mentores? Sus dos mentores principales fueron Pablo el apóstol a los gentiles, y Pedro, realmente el representante de los doce apóstoles. ¿Estaba calificado para escribir un evangelio de Jesucristo? Absolutamente calificado. [Dr. Mark Strauss]
Ahora que hemos hablado de Marcos como el autor de este evangelio, debemos explorar la identidad de la audiencia original de Marcos.
Audiencia Original
El testimonio de la iglesia primitiva y detalles del evangelio de Marcos apuntan a las iglesias en Italia, especialmente Roma, como la audiencia original de Marcos.
Exploraremos la idea de que Marcos escribió a las iglesias de Italia y Roma al ver el testimonio de la iglesia primitiva y algunos detalles del evangelio de Marcos. Vamos primero al testimonio de la iglesia primitiva.
Testimonio de la Iglesia Primitiva
Tres testigos antiguos a quienes mencionamos anteriormente — Papías (quien escribió cerca del año 130 d. C.;) el Prólogo Anti-Marcionita, (escrito cerca del año 170 d. C,) e Ireneo (quien escribió cerca del año 177 d. C.) — todos reportaron que Marcos escribió su evangelio en Italia, y algunos identificaron específicamente la ciudad de Roma. Pero, ninguno de ellos sugirió que Marcos haya enviado su evangelio a la iglesia en ninguna otra ciudad. Esto indica que Marcos escribió a las iglesias locales donde él vivía. Y esta conclusión es reforzada por 1 Pedro 5:13, que coloca a Marcos en Roma durante los días que el ministró junto a Pedro. Por supuesto, como en los otros evangelios, la historia prueba que Dios quiso que el evangelio de Marcos fuera usado por toda la iglesia en todos los tiempos. Pero estaremos mejor preparados para interpretar el evangelio de Marcos cuando entendamos que él escribió con una gran preocupación por lo que estaba pasando con los cristianos de Italia y de Roma en aquellos días.
Además de los testigos de la iglesia primitiva, detalles del evangelio de Marcos también sugieren que él escribió a las iglesias en Italia y particularmente en Roma.
Detalles del Evangelio
Mencionaremos cuatro detalles del evangelio de Marcos que apoyan el hecho de que él escribió a las iglesias de Italia y Roma. Primero en varias ocasiones, él explicó costumbres palestinas a su audiencia. Por ejemplo, Marcos explicó la práctica de los fariseos del lavamiento de manos en Marcos 7:3 y 4. Explicaciones como éstas sugieren que la audiencia de Marcos incluyó un número significativo de gentiles quienes vivían fuera de Palestina. Un segundo detalle que es compatible con una audiencia italiana y romana es que Marcos explicó expresiones arameas. Por ejemplo, escuchemos a su explicación de los nombres dados a Jacobo y Juan en Marcos 3:17:
A Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno. (Marcos 3:17)
Marcos dio explicaciones similares en el capítulo 5:41, 7:34, y 15:22 y 34. Los palestinos que hablaban arameo no hubieran necesitado estas explicaciones, y aun muchos judíos fuera de Palestina habrían estado familiarizados con el arameo y hebreo de sus sinagogas. Así que, este detalle sugiere que Marcos escribió a gentiles fuera de Palestina. Un tercer detalle que apunta hacia una audiencia en Italia y Roma es que Marcos usó más palabras en latín que cualquier otro escritor de los evangelios, indicando que una parte significativa de su audiencia entendía latín.
Durante el primer siglo, el latín no era hablado abiertamente en el mundo mediterráneo. Estaba limitado primordialmente a Italia, la tierra natal del imperio romano. Así que es muy significativo que Marcos usara palabras en latín por lo menos 15 veces. Por ejemplo, en Marcos 12:42, el usó la palabra en latín lepta, refiriéndose a una pequeña moneda de cobre. Aunque el escribió la palabra en letras griegas, la palabra misma era latín y no pudo haber sido entendida por aquellos que no hablaban latín.
Un cuarto detalle que muestra la posibilidad de que Marcos escribió a las iglesias de Italia y especialmente Roma es que Marcos mencionó a un hombre llamado Rufo. En Marcos 15:21, se nos dice que el hombre quien llevó la cruz de Jesús a Gólgota era el padre de Rufo y Alejandro — dos hombres que no juegan ningún papel en el evangelio de Marcos. Así que, ¿por qué los mencionó Marcos? Una de las mejores explicaciones es que ellos eran conocidos, o eran parte de la audiencia de Marcos. De hecho, se menciona un hombre llamado Rufo como miembro de la iglesia de Roma en Romanos 16:13. Asumiendo que es el mismo Rufo mencionado por Marcos, la implicación es que Marcos escribió para la iglesia en Roma. Ninguno de estos detalles individualmente prueban que Roma era el destino del evangelio de Marcos. Pero su efecto acumulativo confirma el fuerte testimonio de la iglesia primitiva. Y como veremos más tarde en esta lección, leyendo el evangelio con una audiencia romana en mente, puede ayudarnos a sacar algunos de los énfasis particulares de Marcos, y aplicarlos a nuestras propias vidas en la iglesia moderna.
Con el autor y audiencia original de este evangelio en mente, estamos listos a examinar un tercer aspecto del trasfondo del evangelio de Marcos: la ocasión o circunstancias de su composición.
Ocasión
Exploremos dos aspectos de la ocasión del evangelio de Marcos. Primero, vamos a considerar la fecha cuando Marcos escribió. Y segundo, vamos a explorar el propósito de Marcos para escribir. Comencemos por ver la fecha del evangelio de Marcos.
Fecha
La fecha de composición del evangelio de Marcos no puede ser determinada con absoluta certeza. Pero, la evidencia parece apuntar a una fecha a mediados o finales de los años 60 del primer siglo.
Testigos antiguos como Ireneo y el Prólogo Anti-Marcionita dicen que Marcos escribió su evangelio después de la muerte de Pedro. Lo más posible es que Pedro fue martirizado en Roma durante las persecuciones hechas a la iglesia por el emperador romano Nerón, después de que Roma fue quemada en el año 64 d. C. Papías nos da el indicio de que Marcos comenzó su trabajo mientras Pedro seguía vivo, pero no descarta la posibilidad de que Pedro muriera antes de que Marcos haya terminado. Así que, parece razonable aceptar que la fecha más temprana en que Marcos pudo haber completado su evangelio pudo haber sido en algún tiempo cerca de la muerte de Pedro en el año 64 d. C.
El año más tarde en que Marcos pudo haber escrito es difícil de determinar. Como vimos más temprano en la lección, muchos académicos creen que Marcos fue el primer evangelio escrito, y que Mateo y Lucas usaron a Marcos como referencia cuando escribieron sus propios evangelios. Ya que ninguno de estos tres evangelios menciona la destrucción de Jerusalén y su templo, la cual sucedió en el año 70 d. C., muchos académicos concluyen que Mateo, Marcos y Lucas fueron escritos antes de ese tiempo. Y si Mateo y Lucas recibieron y utilizaron el evangelio de Marcos antes de completar sus propios trabajos, es seguro decir que Marcos fue terminado aún antes del año 70 d. C. — cerca del año 69 d. C. y probablemente tan temprano como el año 67 d. C., lo que hubiera provisto más tiempo a Mateo y a Lucas para familiarizarse con el evangelio de Marcos antes de escribir los suyos. Con la fecha del evangelio de Marcos en mente, consideremos su propósito para escribir.
Propósito
En un sentido, Marcos y todos los demás evangelios compartieron un propósito en común: preservar un registro histórico preciso de la vida y enseñanzas de Jesús. Desde el año 50 d. C. en delante más y más de los apóstoles y testigos oculares de la vida, muerte y resurrección de Jesús estaban muriendo. Así que había una necesidad de preservar su testimonio. Como Eusebio y otros escritores de la iglesia primitiva mencionaron, parte del propósito de Marcos era preservar los registros de Pedro del ministerio de Jesús.
Pero el conservar este registro no fue el único propósito de Marcos. Como sucedió con cada escritor de los evangelios, Marcos no sólo quería que sus escritores aprendieran sobre Jesús, sino que también sacaran lecciones de la vida de Jesús que pudieran aplicar a sus propias vidas. Pero, ¿Cómo eran sus vidas?
Los años 60 d. C en Roma, fueron tiempos muy duros para los cristianos. Debemos recordar que en la ley romana, si alguien era judío, era parte de una religión reconocida; una religión licita, permitida. No había persecución en contra de los judío cristianos porque los romanos pensaban, que eran parte del judaísmo. Pero, ¿Qué pasa cuando las autoridades romanas empiezan a sentir, que esta nueva religión parece incluir a gentiles, y es muy diferente al judaísmo? De pronto ya no es una religión segura ni permitida y las autoridades romanas se pueden molestar mucho con eso. Eso es precisamente lo que sucedió en Roma a principios del año 60 d. C. En el año 59, Nerón se enoja y los primeros 5 años de su reinado son algo buenos, pero desde entonces hasta su muerte en el año 68, se hace impredecible. Pablo llega a Roma cerca del año 60 d. C. y está dispuesto a morir por Cristo, dispuesto a mostrar que esta religión es para todos, incluyendo al emperador Nerón. Es posible que al encontrarse con esto, Nerón se de cuenta que hay una religión que no le gusta, como él está en el mando y ve que hay cristianos proclamando que "Jesús es el Señor." Por lo que, cuando hay un gran incendio en Roma, el 18 de Julio del año 64 d. C. y se culpa a Nerón, él culpa a este nuevo grupo, llamados cristianos, y es trágico lo que sucedió después. [Dr. Peter Walker]
Probablemente durante los años que Marcos estaba escribiendo, la iglesia de Roma sufría persecución por Nerón el Emperador Romano. Nerón reinó del año 54 al 68 d. C. Él es famoso por culpar a los cristianos de quemar a Roma en el año 64 d. C. y por castigarlos en formas horribles.
Bajo el reinado de Nerón, Roma persiguió a la iglesia severamente. Inicialmente, Roma estaba constituida como una república. Más tarde, después del asesinato de Julio César, Augusto llevó a su ejército, ocupó la ciudad de Roma y disolvió el senado. La República romana llegó a ser el Imperio romano, y Augusto llegó a ser su primer emperador. Esto marca el principio de la historia de la brutalidad romana. De hecho, Nerón no fue el peor en cuanto a perseguir a los cristianos. De acuerdo a registros históricos, otros emperadores atacaron a los cristianos más duramente, y muchos cristianos sufrieron y fueron asesinados siendo clavados en cruces o quemados vivos. Hubo muchos mártires en la iglesia primitiva los cuales con sus muertes dieron testimonio de la justicia y misericordia de Dios. [Dr. Stephen Chan]
La vida fue muy difícil para los cristianos dentro y cerca de Roma durante este período. Y como veremos, Marcos diseñó este evangelio para apoyarlos en sus circunstancias. Hay muchas formas de describir el propósito de Marcos pero en esta lección nos enfocaremos en la idea de que Marcos escribió su evangelio para fortalecer a los cristianos perseguidos en Roma.
El evangelio de Marcos expresó claramente que toda dificultad y tentación que los cristianos romanos enfrentaron, al sufrir por Cristo, podrían estar seguros que Jesús ya los había enfrentado. Él había sido condenado injustamente en una corte romana. Había sido golpeado por soldados romanos. Y había sido crucificado en una cruz romana. Pero por medio de sus sufrimientos, Jesús había vencido. Y Marcos quería asegurar a su audiencia que si seguían fielmente a Jesús, ellos triunfarían también. Sufrirían, sí, pero su sufrimiento sería su camino a la gloria, tal y como lo había sido para Jesús.
Ahora que hemos visto el trasfondo del evangelio de Marcos, veamos su estructura y contenido.
ESTRUCTURA Y CONTENIDO
En un panorama general, el evangelio de Marcos se divide en cinco secciones principales. Primero, Marcos empieza su evangelio con un breve anuncio de Jesús como el Mesías en el capítulo 1:1 al 13. Segundo, el poder del Mesías en el capítulo 1:14 al capítulo 8:26. Tercero, presenta una pequeña pieza clave con la afirmación de los apóstoles acerca del Mesías en el capítulo 8:27 al 30. Cuarto, esta sección de narrativas que tiene que ver con el sufrimiento del Mesías en el capítulo 8:31 al capítulo 15:47. Y quinto, una conclusión que registra la victoria del Mesías en el capítulo 16:1 al 8. Veamos cada una de estas porciones en Marcos, comenzando con el anuncio del Mesías.
El Anuncio del Mesías
Escuchemos como abre el evangelio en Marcos 1:1:
Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. (Marcos 1:1)
Cuando Marcos se refiere a Jesús como Cristo, el usó la traducción griega de la palabra hebrea Mesías. Igualmente, el término Hijo de Dios fue otra indicación de que Jesús era el Mesías de Dios.
En el Antiguo Testamento y en la teología judía contemporánea, el Mesías iba a ser descendiente del rey David, quien iba a restaurar el trono real a Israel y convertir la nación en el reino de Dios en la tierra.
Esta declaración inicial es seguida por un breve registro del bautismo de Jesús por Juan el Bautista en Marcos 1:2 al 11. Al final del bautismo de Jesús, el Espíritu Santo descendió sobre Jesús, y la voz de Dios el Padre se escuchó del cielo anunciando que Jesús era su Hijo amado. De esta manera, el Espíritu y el Padre confirmaron que Jesús era verdaderamente el deseado y esperado Mesías.
Es muy interesante imaginar que pensaban los judíos en el tiempo de Jesús, de la venida del Mesías. Habían diversas creencias. Tenemos algunos documentos de los Rollos del Mar Muerto que muestran como algunos creían en la venida de dos Mesías, un mesías sacerdotal y un mesías rey. Pero la expectativa general era que el Mesías sería un hijo de David y que traería paz política, que expulsaría a los romanos. Creo que la institución religiosa creía que el reino vendría si Israel obedecía la ley. Ellos vieron a Jesús como una amenaza en ese sentido, porque Jesús parecía que no estaba avanzando hacia la obediencia de la ley sino en transgresión hacia ella, por lo menos así lo veían ellos. Así que él no tenía la estructura política que esperaban, y en términos de la ley, tampoco hizo lo esperado, así que estaban, escandalizados por él. Por cierto, creo que después de todo, vieron a Jesús en términos de Deuteronomio 13, una persona que hizo señales, prodigios y milagros pero era un falso profeta y por lo tanto debía ser condenado a muerte. [Dr. Thomas Schreiner]
Pero Jesús no era el tipo de mesías que muchas personas esperaban. En general, los judíos del primer siglo pensaron que el Mesías iba a marchar hacia Israel y tomar el gobierno. Pero en Marcos 1:12 y 13, aprendemos que inmediatamente después del bautismo de Jesús, el Espíritu Santo lo envío al desierto para ser tentado por Satanás. Él triunfaría, pero de acuerdo con el plan de Dios, su camino a la victoria sería un largo camino de problemas.
Siguiendo el anuncio de Jesús como el Mesías, Marcos describió el poder del Mesías en Marcos 1:14 al 8:26.
El Poder del Mesías
En esta sección de la narrativa, Jesús comenzó a demostrar su poder y su autoridad como el Mesías. Muchas multitudes se acercaron a ver y a beneficiarse de su ministerio, pero ellos no reconocieron que el poder de Jesús comprobaba que él era el Cristo. De hecho, en ninguna parte de toda esta sección nadie se refirió a él como el Cristo. Incluso Jesús se mantuvo en silencio sobre su propia identidad, y él animó a otros a quedarse callados también.
Por supuesto, los primeros lectores en la audiencia romana de Marcos eran cristianos, por lo que ya sabían que Jesús era el Mesías. Pero la estrategia de Marcos en esta porción de la narrativa les permitió sentir la tensión de las multitudes cerca de Jesús, quienes se habrían preguntado quién realmente era este hombre de poder y qué había venido a hacer.
Desafortunadamente, algunos académicos críticos a menudo han tomado el silencio de Jesús como una indicación de que Jesús no estaba consiente de su rol mesiánico durante el principio de su ministerio. Pero como vemos en Marcos 1:11, Dios mismo anunció el rol de Jesús como Mesías en su bautismo. A la luz de esto, es mejor entender el silencio de Jesús como estratégico. Jesús tenía una meta particular que cumplir, y él sabía que entre más gente se acercaba a él, más difícil se haría esta meta.
La narrativa de Marcos que describe el poder del Mesías puede ser dividida en cuatro partes. Primero, Marcos proveyó una introducción que estableció el estilo de toda la narrativa. Segundo, él se enfocó en el ministerio de Jesús localizado cerca de la ciudad de Capernaum. Tercero, él explicó que el ministerio de Jesús se expandía al resto de la región de Galilea. Y cuarto, el reportó que Jesús se mudó más allá de Galilea, en áreas predominantemente gentiles. Veremos cada una de estas secciones, comenzando con la introducción en Marcos 1:14 y 15.
Introducción
Escuchemos como Marcos resumió la enseñanza de Jesús en Marcos 1:15:
El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Marcos 1:15)
Marcos indicó que el propósito central de Jesús en Galilea era predicar el evangelio o las buenas nuevas que el reino de Dios estaba cerca, y que sus bendiciones se ofrecían a todos aquellos que se arrepienten y creen.
A través de su crónica sobre el poder del Mesías, Marcos se enfoca en el ministerio de Jesús en los alrededores de la región de Galilea, comenzando cerca de la ciudad de Capernaum y extendiéndose desde allí. Al comparar el registro de Marcos con los otros evangelios, parece que Marcos omitió las veces en que Jesús enseñó en otros lugares. Estas omisiones indican que la meta de Marcos era reportar las actividades y estrategias de Jesús en la región de Galilea, en vez de proveer un reporte detallado de todos sus viajes. Después de la introducción, Marcos describe el ministerio de Jesús cerca de la ciudad Capernaum en la región de Galilea en Marcos 1:16 al 3:6.
Cerca de Capernaum
Marcos reportó que Jesús llamó a sus primeros discípulos en Marcos 1:16 al 20. En esta sección, vemos que una de las formas en que la gente responde a Jesús fue con una obediencia radical. Jesús les pide que lo sigan, y ellos dejan lo que están haciendo y se convierten en sus discípulos. Después, Jesús proclamó el evangelio al predicar y hacer milagros en Capernaum en Marcos 1:21 al 34.
Durante este tiempo la fama de Jesús se empezó a dispersar por Galilea, de la misma forma que se dispersó durante todo su ministerio. Por causa de su creciente fama, las multitudes comenzaron a reunirse cerca de Jesús, a menudo estorbando su habilidad de proclamar y demostrar el evangelio. Así que, él empezó a instruir a otros para que no lo proclamaran como el Mesías.
Después Jesús salió de Capernaum y comenzó a enseñar y hacer milagros en aldeas vecinas, como vemos en Marcos capítulo1:35 al 45.
Jesús se fue a aldeas vecinas para predicar su evangelio por medio de sus enseñanzas y milagros. Pero también lo hizo para escapar de las multitudes en Capernaum que evitaban que enseñara libremente. Como había hecho antes, él animó a aquellos con quienes se encontraba a no dar reportes sobre él.
Después de eso, Marcos reportó que Jesús regreso a Capernaum, donde estuvo en desacuerdo con los líderes judíos como leemos en Marcos 2:1 al 3:6.
Esta parte del evangelio de Marcos habla sobre la autoridad de Jesús para perdonar pecados, su justificación para su ministerio a los pecadores y sus enseñanzas acerca del día de reposo. Pero también introduce otra consecuencia de su creciente fama: los oponentes de Jesús empezaron a crecer en número y a oponérsele más fuertemente. De hecho, la sección termina prediciendo la muerte de Jesús. En Marcos 3:6, Marcos reporta que los oponentes de Jesús estaban tan enojados que muchos comenzaron a planear matarlo.
Jesús no era aceptado por sus enseñanzas ni por sus milagros. Cuando leemos el Nuevo Testamento, pensamos, ¿Por qué la gente no aceptaba a Jesús?, ¿Por qué no vieron su poder?, ¿Por qué no escucharon sus enseñanzas? Pero la enseñanza de Cristo por varias cosas causaron que fuera rechazado. Una fue que su contenido no era lo que ellos querían. Esperaban un reino en esta tierra. Él hablaba de un reino que vendría al corazón y transformaría la vida de las personas, el reino de Dios en los corazones de las personas. Fue también porque sus enseñanzas impactaban los corazones. Y por supuesto sus milagros eran muy odiados porque los enemigos de Cristo quienes no estaban de acuerdo con sus enseñanzas sabían que sus milagros de alguna forma comprobaban lo que él decía. Así que el corazón caído naturalmente no acepta fácilmente la enseñanza de Dios, y el ministerio de Cristo es el mismo ejemplo de eso, porque aquí está Dios entre los hombres y aun así los hombres lo rechazan. [Dr. Jeff Lowman]
A menudo venimos a Dios con nuestras agendas. Tenemos expectativas de cómo debe ser Él, y como debe trabajar. Y cuando no cumple, nuestras expectativas a menudo no tenemos mucha tolerancia. Así, la gente odia a Jesús cuando él viene predicando un reino que no llena el ideal de su reino. Él viene como un Mesías que no llena sus expectativas preconcebidas de cómo debe ser un Mesías. Así que el perturba sus expectativas. Y no nos gusta eso. A veces Jesús era odiado porque él vino con un plan muy diferente al plan que los líderes religiosos tenían. Vino predicando un reino que iba a remover el tipo de poder, importancia, autoridad y prestigio que tenían en sus papeles religiosos y no querían nada que ver con eso. Cada vez que venimos a Dios con nuestra agenda, estamos poniéndonos en oposición a Dios en vez de venir a él, con corazones humildes, enseñables, confiados en cualquier cosa que él traiga a nuestro camino. [Dr. K. Erik Thoennes]
Ahora que hemos estudiado el trabajo de Jesús cerca de Capernaum, veamos como él expandió su ministerio por la región de Galilea en Marcos 3:7 al 6:13.
Región de Galilea
En esta etapa, Jesús predicaba y demostraba la cercanía del reino de Dios en áreas nuevas, moviéndose más allá de Capernaum al resto de las regiones cercanas. Al predicar el arrepentimiento y el perdón en estos lugares, el continuaba atrayendo multitudes y esto inspiraba aun más oposición. Esta sección comienza con la retirada de Jesús de las multitudes en Marcos 3:7 al 12.
Este párrafo marca la pauta para toda la sección al enfatizar que la fama de Jesús se estaba dispersando por todos lados, aun con los intentos de minimizarla. Y las multitudes que se reunían cerca de él, le hacían difícil la tarea de enseñar. Esta dificultad parece ser una razón por la cual Jesús extendió su ministerio a otras áreas de Galilea.
La próxima sección de esta narrativa reporta cuando Jesús nombra a doce de sus seguidores para ser discípulos especiales, como leemos en Marcos 3:13 al 19.
Jesús escogió a estos doce discípulos para que le ayudaran a predicar el evangelio y para hacer milagros. Pero Marcos también les recordó a sus lectores que uno de estos discípulos eventualmente traicionaría a Jesús. La oposición a Jesús no solamente vendría por medio de sus enemigos, sino inclusive de sus seguidores más cercanos. Después de esto, Marcos reportó la oposición que Jesús enfrentó de los maestros de la ley y de su propia familia, como vemos en Marcos 3:20 al 35. Esta narrativa demuestra como Jesús proclamó el evangelio del reino con un poder milagroso y recibió oposición de todos lados. En vez de recibirle como el Mesías, los maestros de la ley creyeron que él estaba poseído por el diablo, y su propia familia creyó que había perdido la cabeza.
Después, Jesús proclamó el evangelio por medio de parábolas acerca del reino de Dios en Marcos 4:1 al 34. Jesús comúnmente enseñó en parábolas cuando estaba rodeado de no creyentes. Él hizo esto para revelar el reino de Dios a quienes creían y esconderlo de los que no creían. Como dijo a sus discípulos en Marcos 4:11 y 12:
A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados. (Marcos 4:11-12)
Tristemente, a veces las parábolas de Jesús confundieron a sus discípulos. Pero cuando esto sucedió, Jesús explicó el significado en privado para asegurarse que entendían.
El punto principal de las parábolas de esta sección de la narrativa de Marcos es que Dios traería la plenitud de su reino después de un largo proceso de crecimiento lento a través de la difusión del evangelio. Jesús estaba trayendo el reino de Dios a la tierra. Pero él lo estaba haciendo de una forma prolongada que exigía que sus seguidores enfrentaran sufrimientos y oposición, tal y como él lo había hecho.
El relato de Marcos de las parábolas de Jesús es seguido por varias muestras de poder en Marcos 4:35 al 5:43.
Aquí, Marcos reportó que Jesús controló el clima, expulsó demonios, sanó enfermedades, y resucitó muertos. En cada una de estas historias, la gente estaba aterrada frente al peligro. Pero después del rescate milagroso de Jesús, su terror incrementó, porque ellos no entendían quien realmente era este hombre de poder.
Los discípulos, seguidores de Jesús, expresaron su temor en el evangelio, cuando ven a Jesús hacer cosas dramáticas, cuando hace milagros increíbles. Expresaron su temor cuando Dios está trabajando. Por ejemplo en Marcos capítulo 4, los discípulos están en medio de una gran tempestad en el mar. Las olas están entrando a la barca y están a punto de naufragar y Jesús está dormido. Lo despiertan, aparentemente con la esperanza de que les ayudaría a rescatar la embarcación, le dicen, "maestro, ¿No ves que nos ahogamos?" Jesús se levanta y le dice al viento y a las olas que se tranquilicen. Así estuvieron a salvo, y habían tenido mucho miedo a la tempestad, pero ahora Marcos nos dice, que ellos tuvieron gran temor. Entonces, ¿De que tenían temor? Ya no hay tormenta; las aguas están calmadas. Tienen miedo porque saben que la única persona que puede calmar los vientos y las olas es la persona que creó los vientos y las olas, el propio Dios. Y se dan cuenta que están en la barca con el mismo Dios quien acaba de calmar el viento y las olas. Eso les crea temor porque pienso que todavía no saben el tipo de Dios que es. Ellos fueron sorprendidos y no conocían el carácter de Jesús. [Dr. Frank Thielman]
Siguiendo estas demostraciones de poder, Marcos escribió acerca de la oposición que Jesús enfrentó en su pueblo natal de Nazaret en Marcos 6:1 al 6.
Esta narrativa reenfatiza que muchas personas se opusieron fuertemente a Jesús en esta etapa de su ministerio. Aun cuando el evangelio se extendía con poder, y las multitudes crecían, la gente de su pueblo natal lo rechazaron a él y a su evangelio.
Finalmente, el registro del ministerio de Jesús en la región de Galilea concluye con el envío de los doce discípulos en Marcos 6:7 al 13.
Jesús envío a sus doce discípulos a predicar el evangelio del reino y a hacer milagros por toda Palestina. Pero Jesús también aclaro que cuando sus discípulos fueran a extender el evangelio de fe y arrepentimiento, la gente les respondería de la misma forma que le respondieron a él. Algunos lo aceptarían y otros lo rechazarían. Jesús consistentemente enseñó que el reino de Dios continúa creciendo a pesar de la oposición.
Después de reportar el ministerio de Jesús cerca de la ciudad de Capernaum y la región de Galilea, Marcos pone su atención en el poder del Mesías en el ministerio de Jesús más allá de Galilea en Marcos 6:14 al 8:26.
Más Allá de Galilea
Al registrar la obra de Jesús más allá de la región de Galilea, Marcos continuó enfatizando algunos de los temas que ya hemos visto. Él reportó la poderosa propagación de la proclamación del reino y la reacción de las multitudes entusiastas, y el número creciente de opositores de Jesús.
Pero Marcos también empezó a enfocarse en los discípulos de nuevas formas. Él enfatizó las formas en que Jesús los entrenó para los días difíciles que estaban por venir. Y llamó la atención a las formas en que regularmente sus enseñanzas eran malinterpretadas y fracasaban en su compromiso con él.
El reporte de Marcos del ministerio de Jesús mas allá de Galilea comienza con un énfasis a la fama creciente de Jesús en Marcos 6:14 al 29.
En el pasado, cuando Jesús limitó su ministerio alrededor de Capernaum, su fama se extendió por toda la región de Galilea. Su fama lo precede. Cuando Jesús se quedó en las afueras de Galilea, su fama era ya conocida por toda Palestina que inclusive alcanzó al rey Herodes. Marcos también aprovechó esta oportunidad para abordar una pregunta acerca de la identidad de Jesús. Específicamente, Marcos explicó que Jesús no podía ser Juan el Bautista, ya que el rey Herodes lo había asesinado.
Después, Marcos reportó varios milagros en Marcos 6:30 al 56.
Esta sección comienza con el intento de Jesús de alejarse de las multitudes, pero después él describe varios actos de poder que demuestran porque las multitudes estaban allí. Jesús demostró su poder al alimentar multitudes de 5,000 y 4,000 personas, al caminar sobre el agua en el mar de Galilea y al sanar los ciegos y los sordos. Sus milagros demostraron un innegable control sobre toda la creación. Y por causa de estos poderosos milagros, las multitudes lo seguían donde quiera que fuese. Algunas veces hasta lo persiguieron.
Siguiendo los milagros de Jesús, Marcos informó la oposición continua de los fariseos en Marcos 7:1 al 23.
Jesús y los fariseos discreparon acerca de cómo observar la ley del Antiguo Testamento, el valor de las tradiciones, y la naturaleza de la santidad. Y como resultado, la tensión incrementó entre Jesús y los partidos judíos influyentes. Por último, Marcos reportó otro grupo de milagros en Marcos 7:24 al 8:26.
Esta sección comienza y finaliza con declaraciones acerca de Jesús tratando de evitar y prevenir multitudes. Y en medio de estas declaraciones, reporta que Jesús hizo muchos milagros entre judíos y gentiles. Inclusive registra que algunos gentiles tuvieron fe en él.
En medio de esta lista de milagros, Marcos puso especial atención a las equivocaciones de los discípulos de Jesús. Al principio de su ministerio, los discípulos se habían equivocado al entender la parábola del sembrador, como vemos en Marcos 4:13. Y hasta este punto ellos todavía no entendían algunas de sus enseñanzas. Así que Jesús los confrontó directamente. Escuchemos lo que Marcos escribió en Marcos 8:14 al 17:
Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca. Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes. Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? (Marcos 8:14-17)
Jesús estaba hablando acerca de la corrupción espiritual, pero sus discípulos pensaron que él hablaba del pan para comer. Es fácil ver como Jesús se frustró con ellos.
En las crónicas de Marcos sobre el poder de Jesús como el Mesías, los milagros de Jesús y sus enseñanzas confirmaron que él era el Cristo. Así que, ¿por qué tantos se opusieron a él? ¿por qué lo rechazaron? ¿por qué aun sus discípulos tuvieron problemas entendiéndolo y siguiéndolo? Fue mayormente porque Jesús no era el tipo de Mesías que la gente anticipó. En vez de levantarse en supremacía política como ellos esperaban, él usaba su poder para predicar el evangelio y atender a las necesidades de los demás.
La evidencia del primer siglo sugiere que los judíos buscaban un Mesías político y militar que establecería el reino de Dios; él que expulsaría y vencería a los romanos, y establecería el reino de Dios en Jerusalén como el centro. Así que era muy nacionalista en ese sentido. Jesús no mostró indicios de que iba a cumplir con ese sentido nacionalista; en lugar de eso tuvo una visión más amplia. No se trataba de los romanos, era acerca de la creación misma. La creación estaba en una etapa de caída y Jesús vino a revertirla; a establecer una vez más el reino de Dios en la tierra; y ese reino significaba la victoria sobre el pecado; la derrota de Satanás; de la muerte. Jesús estaba buscando algo más grande que una simple victoria política, o una simple victoria militar. [Dr. Mark Strauss]
Los judíos han esperado entre quinientos o seiscientos años a alguien que restaure el reino de Israel. No han tenido rey, ni independencia hay muchísima tensión en Palestina del primer siglo. Cuando Jesús llega proclamando el reino y diciendo que es el Mesías, están muy interesados en escucharlo. ¿Qué esperaban? Esperaban a alguien que restaurara el templo; existían dudas de sí ¿El templo era el que Dios deseaba? — pues lo reconstruyó el rey pagano Herodes. Anhelaban que Dios redimiera a Israel, que cumpliera las promesas del Antiguo Testamento. ¿Dónde Dios va a cumplir sus promesas? Eso era lo que esperaban específicamente. Probablemente lo que querían decir era, aquí estamos bajo la ocupación romana, seguramente si Dios va a cumplir sus promesas, se va a deshacer de los romanos. Probablemente lo que esperaban era independencia política. Lo que tenemos en el Nuevo Testamento, Jesús dice que él es el Mesías, que va a restaurar el templo — en realidad él será el templo verdadero — y también él será el que traiga el reino, pero no será un reino judío políticamente independiente. Será la nueva de que Jesucristo el rey es el Señor sobre todo el mundo. Es un poco diferente de lo que esperaban, pero es un cumplimiento más profunda del prometido. [Dr. Peter Walker]
Los primeros lectores de Marcos probablemente experimentaron la misma tensión que los doce discípulos sintieron sobre el tipo de Mesías que Jesús era. La iglesia romana fue plantada en un tiempo cuando el cristianismo era bien recibido. Y como la mayor parte de la iglesia primitiva, ellos habían probablemente esperado que Jesús regresaría relativamente pronto para consumar su reino en la tierra. Pero en vez de eso, los siguientes años trajeron un horrible sufrimiento y persecución bajo el dominio de Nerón. Así que, Marcos aclaró que Jesús siempre sería el Mesías poderoso, aunque no siempre hace las cosas que sus seguidores esperan que haga. Y porque él es el poderoso Mesías, los creyentes pueden confiar que cuando llegue el tiempo adecuado, el consumará su reino tal y como lo prometió. Pero por mientras, él sigue siendo Señor, y nos puede sostener en medio de cualquier problema que tengamos.
Después de la narrativa de Marcos describiendo el poder del Mesías, llegamos a la tercera sección principal de su evangelio; un corto episodio que registra la afirmación de los apóstoles acerca del Mesías en 8:27 al 30.
La Afirmación de los Apóstoles Acerca del Mesías
Esta es la escena famosa en el camino a Cesarea de Filipos en la que Jesús reveló a sus discípulos la confesión de que él era el Cristo. Y casi todos los estudiosos de Marcos coinciden que esta confesión forma la piedra angular del evangelio de Marcos.
En el primer versículo del evangelio, Marcos escribió: "Principio del evangelio acerca de Jesucristo, el Hijo de Dios." Jesús era el "Cristo," el Mesías.
Pero desde ese versículo hasta ahora, la palabra "Cristo" no había aparecido en ningún lugar del evangelio de Marcos. Marcos no había hablado de Jesús como el Cristo. Él no había reportado que sus discípulos le llamaban el Cristo, o que la gente a quien él les testificó hubieran especulado que él era el Cristo, o aun que los demonios hubieran usado el término Cristo.
De hecho, casi todos los que habían tratado de identificar a Jesús se habían equivocado. Ellos pensaron que era un simple hacedor de milagros, o un profeta, o Juan el Bautista, o un lunático, o un endemoniado poseído por Beelzebú. Pero en este momento, Jesús decide que es tiempo de presionar a sus discípulos para que reconocieran quien él realmente es. Escuchemos su diálogo en Marcos 8:27 al 29:
[Jesús] preguntó a sus discípulos diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas. Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo. (Marcos 8:27-29)
Después de ocho capítulos de evidencia, los apóstoles finalmente afirmaron su creencia de que Jesús era el Cristo, el Mesías, el que traería el reino de Dios.
Después de la afirmación de los apóstoles acerca del Mesías, la cuarta sección principal del evangelio de Marcos tiene que ver con el sufrimiento del Mesías. Esta sección se extiende del capítulo 8:31 al 15:47.
El Sufrimiento del Mesías
En la primera mitad del evangelio, Marcos se había enfocado en como el poderoso ministerio de Jesús condujo a la gloriosa afirmación de que él es el Cristo. Pero en este punto, Marcos empezó a enfatizar un aspecto diferente del trabajo mesiánico de Jesús: su sufrimiento y muerte en Jerusalén.
El registro de Marcos acerca del sufrimiento del Mesías se divide en tres secciones principales: la preparación de Jesús a sus discípulos por su sufrimiento y muerte, su confrontación con los líderes judíos en Jerusalén que provocó su sufrimiento y muerte, y finalmente su experiencia en sufrir y morir. Exploremos cada una de estas secciones, empezando con su preparación en Marcos 8:31 al 10:52.
Preparación
El material que describe la preparación de Jesús a sus discípulos puede ser dividido en tres partes principales, cada una comienza con él prediciendo su sufrimiento, muerte y resurrección. La primera sección se enfoca en Jesús como el Señor del reino en Marcos 8:31 al 9:29.
Marcos comenzó con un reporte de la estrategia inesperada de Jesús para traer la gloria del reino de Dios a la tierra — osea sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús — la cual Marcos explicó en el capítulo 8:31 al 9:1. Por medio de sus enseñanzas en esta sección, Jesús habla de sus propios sufrimientos, y advierte a sus discípulos que ellos también tendrían que sufrir a medida que continuaran su ministerio del evangelio.
Después de esto, Marcos llama la atención a la autoridad única de Jesús al reportar un evento comúnmente conocido como la transfiguración en Marcos 9:2 al 13. En este evento, la gloria de Jesús fue revelada visiblemente a Pedro, a Jacobo y Juan. Moisés y Elías también aparecieron con Jesús, indicando que Jesús afirmó y continuó las enseñanzas de la ley y los profetas del Antiguo Testamento. Pero Dios mandó a los discípulos a honrar y a obedecer a Jesús por encima de Moisés y Elías. Este evento preparó a los discípulos de Jesús, recordándoles a seguir fieles a Jesús por sobre todos los demás y al animarlos a que esa lealtad a Jesús era la forma más pura de lealtad a Dios y a su revelación del Antiguo Testamento.
Finalmente, Marcos se enfocó en el poder único de Jesús al revelar su habilidad de controlar los demonios en Marcos 9:14 al 29. Los discípulos de Jesús no pudieron sacar un demonio particularmente difícil, y Jesús les enseño que tales demonios solamente se pueden exorcizar con oración. Pero Jesús mismo pudo sacar el demonio con una simple orden. De esta manera, demostró su superioridad sobre todos los demás, y aseguró a sus discípulos que él tenía poder ilimitado para hacer su voluntad. Sin tomar en cuenta los temores y dudas que iban a experimentar cuando fuera asesinado, su poder los debía animar a permanecer firmes en su fe en él.
La segunda parte del relato de Marcos de la preparación de Jesús para su pasión, muerte y resurrección tiene que ver con los valores del reino de Dios, y se encuentra en Marcos 9:30 al 10:31.
Como en cada sección del relato de Marcos acerca de la preparación de Jesús para ir a Jerusalén, éste comienza con la predicción del sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús. Esto nos ayuda a ver que Marcos seguía enfatizando la preparación de los discípulos para esos eventos. Y que después de ese anuncio, Jesús continuó preparando a sus discípulos explicándoles que Dios no juzga las cosas de la misma forma que lo hacen los humanos. Así que, sin importar lo que ellos sufran, y sin importar las cosas extrañas que sucedan, ellos no debían de juzgar las cosas de la forma que lo hace el mundo. En vez de eso, ellos debían estar seguros que Dios estaba usando estos eventos para traer su reino y glorificar a Jesús. Después de la predicción de Jesús en Marcos 9:30 y 31, Marcos reporta las enseñanzas de Jesús sobre los valores del reino. En esta sección, Jesús demostró como las instituciones del mundo discrepan con la verdad de Dios básicamente en cinco áreas de la vida.
Primero, Jesús habló del honor en Marcos 9:32 al 42, haciendo énfasis en que aquellos a quien más se les honra en el reino de Dios son los menos honrados en esta vida. Segundo, Jesús habló del valor en Marcos 9:43 al 50. Específicamente, instruyó a sus seguidores a despojarse de todo lo que les impida perseguir las metas del reino de Dios, sin importar el valor que esas cosas tienen en esta vida. Tercero, Jesús habló del matrimonio en Marcos 10:1 al 12. Su punto fue que el matrimonio y el divorcio deberían ser reconocidos de acuerdo a la ley de Dios en vez de la ley de los humanos — aunque la ley de los humanos parece ser intuitivamente más justa. Cuarto, Jesús habló de nuevo acerca de los niños en Marcos 10:13 al 16. Sin importar lo que Jesús había dicho, los discípulos seguían evitando que los niños se acercaran a él. Como respuesta, Jesús les recordó que Dios ya le había dado su reino a estos niños, así que al rechazar a los niños los discípulos se oponían a Dios. Y quinto, Jesús habló de las riquezas en Marcos 10:17 al 31. Esta es la conocida historia del joven rico, quien se entristeció cuando Jesús le dijo que su apego al dinero le estaba evitando abrazar los valores del reino de Dios.
En cada una de estas secciones de enseñanza, Jesús explicó los valores del reino de Dios para que sus discípulos estuvieran mejor preparados para aceptar su sufrida muerte y las cosas difíciles que tendrían que pasar como sus seguidores.
La tercera parte del relato de Marcos acerca de la preparación de Jesús para Jerusalén tiene que ver con el liderazgo en el reino de Dios lo encontramos en Marcos 10:32 al 52.
Después de predecir su sufrimiento, muerte y resurrección en Marcos 10:32 al 34, Jesús respondió a la pregunta de liderazgo en el reino en tres partes.
Primero, en Marcos 10:35 al 40, dijo que Jacobo y Juan tendrían que compartir en su sufrimiento. Ellos tomarían de la misma copa y pasarían por el mismo bautismo. Estas metáforas decían que los seguidores de Jesús tendrían que compartir sus mismos sufrimientos por su servicio a él.
Segundo, Jesús describió el liderazgo en el reino como servicio en Marcos 10:40 al 45. Él había mencionado esta idea dos veces antes cuando habló de los valores en el reino. Pero esta es la primera vez que explicó la razón detrás del dicho: los líderes cristianos deben de ser siervos porque ellos siguen el modelo de Cristo, quien actuó como el siervo al sufrir y morir por los pecados.
Tercero, Jesús demostró la motivación para el liderazgo del siervo al mostrar misericordia al ciego Bartimeo. Los líderes siervos, no deben sacrificarse por desear una recompensa mayor en el reino, sino por tienen una verdadera compasión a los que sirven.
Jesús llama a los líderes cristianos a ser diferentes, a ser siervos de su gente. En este pasaje maravilloso del evangelio de Marcos capítulo 10, versículo 45, Jesús distingue el tipo de liderazgo que debería ser la verdad entre sus seguidores de los alrededores de la cultura greco-romana. El paradigma predominante del liderazgo en los días de Marcos, era la demostración romana de poder y dominio sobre su gente. Y Jesús dijo, "no vine a ser servido sino a servir y a dar mi vida para el rescate por muchos." Así que, Jesús está pidiendo, ordenando a sus seguidores a seguir su tipo de liderazgo, a liderar como siervo, y no a seguir el paradigma del dominio romano que prevalecía en los días de Marcos. [Dr. Greg Perry]
Jesús insistió que el liderazgo en el reino de Dios no puede ser modelado según el patrón de liderazgo del mundo. En vez de eso, necesita seguir su propio ejemplo de sufrimiento. En cierta forma, estas debieron haber sido noticias desalentadoras a los lectores de Marcos en Roma. En vez de asegurarles que su sufrimiento era anormal y pronto pasaría, el evangelio de Marcos les asegura que el sufrimiento era común para aquellos quienes seguían a Cristo. Pero al mismo tiempo, estas noticias debieron haber tenido un lado animador. El sufrimiento de la iglesia es parte del plan de Cristo para la victoria. Como lo escribió Pablo en Romanos 8:18:
Las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. (Romanos 8:18)
Después de reportar la preparación de Jesús de sus discípulos, Marcos vuelve a la confrontación de Jesús con los líderes judíos en Marcos 11:1 al 13:37.
Confrontación
El registro de la confrontación de Marcos se divide en dos partes principales: primero, las narrativas de oposición en el capítulo 11:1 al 12:44. Y segundo, el discurso del Monte de los Olivos en el capítulo 13:1 al 37. En toda esta sección de su evangelio, Marcos reportó como Jesús forzó la mano de los líderes judíos. En las partes anteriores del evangelio de Marcos, Jesús no buscó tener conflicto con los líderes judíos; él había enfrentado oposición principalmente cuando la gente se oponía a su ministerio de misericordia. Pero en esta sección, Marcos reporta que Jesús activamente buscó la oposición, para poder moverse hacia su crucifixión. Primero, la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en Marcos 11:1 al 11 públicamente lo declararon el Mesías y el Rey legítimo de Israel. Después, su condenación a Israel como una higuera seca en Marcos 11:12 al 14 y 20 al 25, y su purificación del templo en versículos 15 al 19, directamente ataca la integridad de los líderes judíos debilitando su autoridad e influencia sobre las personas.
Jesús también discutió con los principales sacerdotes, maestros de la ley, y ancianos en Marcos 11:27 al 12:12. Después de vencer y retar su autoridad, el contó la parábola de los labradores malvados que acusaba al liderazgo judío de no escuchar a Dios. En este punto, ellos estaban listos para arrestarlo, pero su temor de las multitudes los desanimó. Después de eso, Jesús discutió y refutó a los fariseos y herodianos acerca de los impuestos romanos en Marcos 12:13 al 17. Después, en Marcos 12:18 al 27, Jesús probó que los saduceos habían malentendido lo que las Escrituras enseñaban acerca de la resurrección. Y finalmente, él atacó a los maestros de la ley en Marcos 12:28 al 44. Aunque Jesús admitió que algunos de ellos conocían la ley, él insistió que todos ellos estaban controlados por la codicia y la ambición mundana. De una u otra forma, Jesús obligó a la confrontación pública con cada grupo de judíos influyentes: los sacerdotes, los maestros de la ley, los fariseos, los herodianos, y los saduceos. Él le dio a cada grupo una razón para odiarlo y para buscar su muerte, con el fin de provocarlos a que lo mataran.
La segunda sección principal de la confrontación de Jesús con el liderazgo judío es un discurso entre Jesús y sus discípulos. Este discurso es llamado comúnmente el discurso del Monte de los Olivos porque sucedió en el Monte de los Olivos. En términos generales, abarca Marcos 13:1 al 37.
En esta sección, Jesús les advierte a sus discípulos de las dificultades que podrían enfrentar en el futuro para que no los agarren desprevenidos. Les explicó que serían arrastrados hacia los gobernantes para testificar en su contra. Que serían golpeados. Serían odiados. Sus familias se destrozarían. Sufrirán desastres naturales y gran tribulación. De hecho, él les dijo claramente que la persecución y el sufrimiento caracterizarían a la iglesia hasta su regreso. Pero Jesús también les dio a sus discípulos grandes esperanzas al asegurarles la victoria del reino de Dios. Por ejemplo, en Marcos 13:26 y 27, les recordó la gran victoria que sería de ellos si permanecían fieles a él cuando consumara su reino en poder y gloria.
Como era de esperarse, las palabras de Jesús a sus discípulos continuaron incitando a los líderes judíos en su contra. Por ejemplo, en Marcos 13:1 y 2, Jesús enseñó a sus discípulos que el templo sería destruido. Pero como vemos en Marcos 14:58, sus palabras no fueron escuchadas correctamente malinterpretándose, y durante su juicio se le acusó falsamente de planear destruir el templo, él mismo.
Ahora que hemos visto el relato de Marcos acerca del sufrimiento del Mesías en términos de la preparación de Jesús a sus discípulos y la confrontación con el liderazgo judío en Jerusalén, estamos listos para ver la experiencia de Jesús del sufrimiento y muerte en Marcos 14:1 al 15:47.
Experiencia
El registro de la experiencia de Jesús en su sufrimiento y muerte está lleno de eventos muy conocidos: la traición de Judas, la predicción de la negación de Pedro, el que sus discípulos no pudieron velar y orar con Jesús en Getsemaní, el arresto de Jesús, los dos juicios y la negación de Pedro, y finalmente la crucifixión y sepultura de Jesús.
Estos son capítulos oscuros y amenazantes. Están llenos de fracaso: fracaso de los líderes judíos, fracaso de las multitudes, fracaso del sistema legal de los judíos y de los romanos, y fracaso de los discípulos. El escribir a una iglesia romana perseguida, hizo que Marcos dejara claro el hecho de que los dolores de parto del cristianismo habían sido igual de severos como los de Roma.
El registro de Marcos de la experiencia del sufrimiento y muerte de Jesús puede ser dividida en dos partes, comenzando con su ungimiento para la sepultura en Marcos 14:1 al 11. En esta sección, Marcos reportó unos detalles muy importantes. Primero, él dijo que los principales sacerdotes y maestros de la ley estaban buscando una forma de arrestar y matar a Jesús. Segundo, una mujer ungió a Jesús con un perfume muy caro, y él respondió diciendo que ella lo había ungido para su sepultura. De esta forma, Jesús indicó que él moriría en el futuro inmediato. Tercero, Judas Iscariote empezó a planear la traición de Jesús con el jefe de los sacerdotes y maestros de la ley. Podemos ver esto como el punto clave de la historia del sufrimiento de Jesús y su muerte. Su muerte ya no era una amenaza vaga sino una realidad inminente.
Seguidamente, Marcos reportó las últimas horas de Jesús con sus discípulos en Marcos 14:12 al 42. Esta parte de la narrativa de Marcos comienza con la preparación de Jesús y sus discípulos para participar en la Última Cena en Marcos 14:12 al 31. Fue durante esta comida que Jesús instituyó la ordenanza cristiana de la cena del Señor. Él también usó este tiempo para dar a sus discípulos algunos preparativos finales para ayudarles a través de su sufrimiento y muerte. Por ejemplo, él les advirtió que todos lo dejarían, y dijo que Pedro lo negaría.
Después de la Última Cena, el grupo fue al Jardín de Getsemaní, como vemos en Marcos 14:32 al 42. De acuerdo a este pasaje, Jesús estaba profundamente angustiado y con una tristeza sobrecogedora hasta el punto de morir. Él claramente estaba sufriendo en anticipación a su crucifixión. La tercera sección del reporte de Marcos de la experiencia de Jesús de su sufrimiento y muerte es el registro del arresto y juicios de Jesús en Marcos 14:43 al 15:15.
Esta sección comienza con la traición de Jesús por su discípulo Judas Iscariote en Marcos 14:43 al 52. Continúa con el juicio ante el liderazgo judío en Marcos 14:53 al 65. Seguidamente, leemos el reporte de la negación de Pedro de haber conocido y seguido a Jesús en Marcos 14:66 al 72. Y finalmente, leemos acerca de su juicio ante Pilato el gobernador romano en Marcos 15:1 al 15. Al final de estas experiencias humillantes, Jesús fue azotado y luego entregado a los soldados romanos para ser crucificado.
La cuarta parte del relato de Marcos de la experiencia de Jesús de su sufrimiento y muerte cubre la crucifixión de Jesús en Marcos 15:16 al 47.
Comienza cuando Jesús es entregado a los soldados romanos para ser azotado, humillado, y asesinado en una cruz como un criminal común. Desde la perspectiva humana, su sufrimiento fue abrumador.
El hecho de que Jesús sufrió este maltrato en manos de los romanos debió haber conectado estos eventos fuertemente a la audiencia original de Marcos que eran los cristianos romanos. Ellos inmediatamente pudieron haber visto los paralelos entre los sufrimientos del Señor y los suyos, y debieron haber tomado ánimo e inspiración para perseverar aún en medio de sus propias dificultades.
Pero la peor parte del sufrimiento de Jesús fue que el pecado del mundo fue puesto sobre él, y él fue objeto de la ira de Dios el Padre. Finalmente, después de haber muerto, fue puesto en una tumba, su cuerpo sin ser preparado para la sepultura porque no había tiempo antes del día de reposo.
Ahora que hemos visto el anuncio del Mesías, el poder del Mesías, la afirmación de los apóstoles acerca del Mesías, y el sufrimiento del Mesías, estamos finalmente listos para ver a la victoria del Mesías en Marcos 16:1 al 8, donde Marcos describe la resurrección de nuestro Señor.
La Victoria del Mesías
Antes de entrar al contenido de esta sección, debemos hacer una pausa para explicar por qué decimos que el evangelio de Marcos finaliza en el capítulo 16:8. Después de todo, la mayoría de nuestras Biblias tienen veinte versículos en este capítulo. Pero la mayoría de estas Biblias tienen notas diciendo que los versículos 9 al 20 no aparecen en los manuscritos antiguos más confiables del evangelio de Marcos.
En los antiguos manuscritos griegos de Marcos, hay tres finales diferentes. Un grupo de manuscritos finaliza en el versículo 8. El segundo grupo finaliza en el versículo 20. Y un tercer grupo tiene un final de dos oraciones al final del versículo 8.
Una evaluación minuciosa de toda la evidencia ha guiado a la mayoría de académicos a concluir que Marcos concluyó su evangelio con el versículo 8. Los manuscritos más antiguos e importantes están a favor del final corto como el original.
Muchos académicos creen que los otros dos finales parecen haber sido añadidos porque un escriba no se sintió bien con la idea de que Marcos concluyera el evangelio con la frase "porque tenían miedo." Pero esta teoría fue descartada. De hecho, el tema del temor y admiración esta en todo su evangelio. Y por esta razón, el énfasis en el temor es una forma muy apropiada de terminar este evangelio en particular. De hecho, encaja bien con las experiencias de la audiencia original de Marcos. Al ellos enfrentar persecución después de la resurrección de Jesús, se sintieron consolados al saber que los primeros discípulos de Jesús también habían experimentado temor.
Vamos ahora al recuento de la resurrección de Jesús en Marcos 16:1 al 8. El recuento de la resurrección hecho por Marcos es más corto que los otros evangelios, pero esta brevedad esta en acuerdo con el bosquejo de este evangelio. Recordemos como, el anuncio del Mesías que abrió el evangelio es muy corto, así como la afirmación de los apóstoles del Mesías la cual forma la piedra angular del evangelio.
Esta sección de la victoria del Mesías comienza con las mujeres que vinieron a la tumba de Jesús a ungir su cuerpo al tercer día después de su muerte y sepultura. Ellas fueron recibidas por un visitante angelical que tenía un mensaje claro y directo. Jesús había vencido la muerte y se había levantado en victoria, tal y como había predicho tantas veces en todo su ministerio. Escuchemos al final del evangelio en Marcos 16:6 al 8:
El ángel les dijo: No os asustéis ... ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron... Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo. (Marcos 16:6-8)
La respuesta de las mujeres es completamente predecible en el contexto de la narrativa de Marcos: ellas tuvieron miedo. Casi todos en este evangelio respondieron a la presencia poderosa de Dios con asombro, admiración y temor.
Es una narración incompleta de Marcos, que las mujeres fueron enviadas a ir a anunciar su resurrección y en vez de eso tienen miedo, corren y no dicen nada a nadie. Y aun así, aquí estamos dos mil años después y sabemos que ese no fue el fin de la historia; sabemos que la verdad de Dios triunfó, y una vez más vemos repetidamente en la Escritura errores humanos siendo contrastados con la fidelidad y propósitos de Dios. [Dr. Robert Plummer]
El pueblo de Dios experimentará debilidad y necesidad en esta vida. Esto también fue cierto para la audiencia original de Marcos en Roma, y no ha dejado de ser cierto para la iglesia a través de los siglos. Pero las buenas nuevas del evangelio es que el reino de Dios ha venido. El Mesías ha conquistado a los enemigos del pueblo de Dios — aun al enemigo final, la muerte misma. Y por esta razón, el pueblo de Dios puede corporalmente enfrentar a los enemigos del evangelio del reino con valentía. La victoria ya es nuestra.
Habiendo considerado el trasfondo y la estructura y contenido del evangelio de Marcos, estamos listos para ver algunos de sus temas principales.
TEMAS IMPORTANTES
La identidad de Jesús como el Mesías o el Cristo es sin duda alguna el tema más difícil que Marcos comunicó en su evangelio. Marcos quería asegurarse de que sus lectores supieran que Jesús vino verdaderamente a salvarlos de sus pecados. Jesús era el rey que había conquistado a la muerte. Él era poderoso, temible, imparable, y glorioso. Él era el Redentor quien había venido a rescatarlos al traer el reino de Dios a la tierra. Y a pesar del hecho que ellos ya no lo podían ver más, él seguía en control, y había prometido regresar para terminar la salvación que había comenzado.
Para nuestro propósito en esta lección, dividiremos el tema del mesianismo de Jesús en dos partes. Primero, consideremos a Jesús como el siervo mesiánico que sufre. Y segundo, veremos su identidad como el Rey mesiánico conquistador. Empecemos con el rol de Jesús como el siervo mesiánico que sufre.
Siervo que Sufre
Nuestra discusión de Jesús como el siervo mesiánico que sufre se dividirá en tres partes. Primero, mencionaremos algunas expectativas de los judíos referentes al Mesías. Segundo, brevemente resaltaremos la naturaleza del ministerio de Jesús como el siervo que sufre. Y tercero, hablaremos de la respuesta apropiada que Marcos quería que sus lectores tuvieran al aspecto mesiánico de Jesús. Primero veamos las expectativas de los judíos para el Mesías que eran comunes en los tiempos de Jesús.
Expectativas de los Judíos
Por cientos de años antes del tiempo de Cristo, la gran mayoría de israelitas vivieron afuera de la tierra prometida. Aquellos que se quedaron, padecieron bajo la tiranía de reyes gentiles. Al principio fueron los babilonios, luego los medos y los persas, después los griegos, y al final los romanos. Y esta larga historia de sufrimientos llevó a los teólogos judíos a enfatizar las profecías del Antiguo Testamento que Dios eventualmente enviaría un libertador mesiánico a restaurar el reino de Israel.
Las esperanzas mesiánicas de los judíos tomaron diferentes formas. Por ejemplo, los zelotes creían que Dios quería que Israel trajera el día del Mesías al rebelarse contra las autoridades romanas. Diferentes grupos apocalípticos creían que Dios iba a intervenir sobrenaturalmente para destruir a los enemigos y a restaurar al pueblo. Estaban también los nomistas, quienes como los fariseos, creen que Dios no intervendrá hasta que Israel obedezca la ley. Así que, en la época de Jesús, hubo muchas personas que esperaban y anhelaban que viniera su mesías.
Él vino como un siervo humilde que sufre. Las esperanzas mesiánicas judías esperaban un reino inmediato terrenal y político bajo el mando del Mesías, similar al reino que David había tenido varios siglos atrás. Pero Jesús no intento establecer este tipo de reino durante su ministerio terrenal. Y esto causó que mucha gente lo rechazara como el Mesías.
Curiosamente la idea del Mesías como un siervo que sufre no era nueva. El profeta Isaías del Antiguo Testamento había indicado el rol de Mesías, especialmente en Isaías 53, el cual el Nuevo Testamento frecuentemente lo aplica a Jesús. Se puede decir que si Jesús no hubiera sufrido y servido, entonces no hubiera llenado los requisitos del Antiguo Testamento como Mesías. Por lo tanto, lejos de descalificarlo como el Cristo, el servicio de sufrimiento de Jesús es una prueba de que él es el Cristo. Pero sólo unas cuantas personas discernieron este tema del Antiguo Testamento durante la vida de Jesús. La mayoría estaban tan comprometidos a las especulaciones judías contemporáneas referentes al Mesías que no lo reconocieron cuando vino.
Claramente el concepto del Mesías es muy importante en el Antiguo Testamento. El Mesías es el ungido, el rey ungido. Es interesante preguntarse, como Cristo ha venido, Si Israel hubiera sido obediente y no hubiera pedido un rey humano, pero lo hicieron. Así que tienen una sucesión de ungidos, a quienes no les interesaba su pueblo y que no establecieron la justicia de Dios en el mundo. Que eran egoístas. Así que, uno descubre este anhelo en el Antiguo Testamento, — "¿Podríamos tener un Mesías que fuera lo que un Mesías debe ser?" Así que tenemos esta imagen del rey que vendrá, pero especialmente en Isaías hay una conexión fascinante entre este rey venidero y el Espíritu Santo. El pueblo del Antiguo Testamento no solo espera un Mesías, también espera que el Espíritu Santo venga y les ayude a obedecer la Tora. Es interesante ver la forma de como Isaías en particular se imagina la relación entre el Mesías y el Espíritu. Él estará lleno del Espíritu; él es ungido por el Espíritu. Él es el que habla por medio del Espíritu. Y por lo tanto, los apóstoles no parecen estar sorprendidos cuando el Jesús resucitado les dice, "esperen en Jerusalén la promesa del Padre." Es como si por fin el Mesías dijo algo que nosotros esperábamos que dijera, voy a poner el Espíritu Santo disponible. Lo que no entendieron fue cuál sería el costo para el Mesías de traer a esta era la justicia de Dios y la era del Espíritu. No relacionaron a Isaías 53 con Isaías 11. No relacionan el hecho de que el Mesías tendría que morir para traer su reino de justicia y paz y la vida del Espíritu. [Dr. John Oswalt]
Con estas expectativas de los judíos en mente, vayamos al ministerio de Jesús como siervo que sufre.
El Ministerio de Jesús
Jesús fue un mesías sorprendente porque conquistó al morir. A principios del evangelio, Marcos reportó los conflictos que eventualmente le llevaron a su crucifixión. Y la segunda mitad del evangelio está dominada primero por el tema del inminente sufrimiento y muerte de Jesús y después por la consumación de su sufrimiento y muerte.
Y paralelamente al énfasis del sufrimiento de Jesús hay que hacer hincapié en su servicio. Él sanó y ministró a muchas personas. Dio su vida en rescate para redimir a los pecadores. Obedeció siempre la voluntad de Dios para beneficiar al pueblo de Dios.
Un lugar donde Marcos fuertemente unió estos temas de sufrimiento y servicio es en Marcos 10:35 al 45. En este pasaje, Jacobo y Juan le piden a Jesús posiciones de honor en el reino de Jesús. Y los otros diez discípulos se enojaron con esta aspiración por la gloria. Pero Jesús reprendió a los doce. Y los invitó a una vida de servicio, y ofreció su propia vida como modelo.
El liderazgo de siervo sólo requiere que el líder esté activamente involucrado en la vida del ministerio y esté dispuesto, como diría Pablo, a entregarse a sí mismo al servicio de otros, a apoyar a otros, y a equipar a otros. Así que el líder, no solamente da la orden y dice, "ve y haz." Sí, la orden se da, pero el líder guía el camino para lograr las metas y objetivos. Y eso me recuerda lo que dijo Pablo cuando hablaba de laborar. Él dijo, que trabajó más que todos sus colegas en esa área, y nos da un enorme sentido de lo que significa ser un líder servicial, para ponerse al nivel de la gente y ayudarles a soportar la carga y sostenerla redentoramente. [Rev. Larry Cockrell]
Escuchemos la explicación de Jesús para esta clase de liderazgo en Marcos 10:45:
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. (Marcos 10:45)
Jesús aclaró que liderazgo era una forma de servicio a Dios y a los que son guiados. El liderazgo no es una oportunidad para gloriarse. Al contrario, con frecuencia se traduce en sufrimiento para los líderes. De hecho, Jesús sabía que su misión de servir a otros eventualmente lo llevaría a la muerte. Pero ésta fue una misión que él aceptó. Y ordenó a sus discípulos a aceptarla también.
En su evangelio Marcos, esta interesado en que recibamos el mensaje de que Jesús es el siervo sufriente profetizado en el Antiguo Testamento. En la primera mitad del evangelio, el rol de Jesús como Rey se enfatizó mucho y en la segunda mitad nos adentramos hacia el sufrimiento y muerte de Jesús, y el versículo clave es Marcos 10:45, "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. " Y ese versículo en particular contextualiza que los discípulos son alentados a ser siervos como él, que Jesús es nuestro modelo para que no ejerzamos nuestros derechos, sino que los dejemos a un lado por el bien del avance del evangelio y del reino. Y Marcos nos da un modelo de como no deberíamos estar buscando los mejores asientos en el cielo como los discípulos, sino que, seguimos el modelo de Cristo quien voluntariamente se sacrificó a sí mismo por el bien de otros, y ese es el modelo que seguimos. [Dr. Simon Vibert]
Así que si pensamos como se ve, la clase de liderazgo de servicio que Jesús solicita, observamos que en los evangelios Jesús demuestra esa clase de liderazgo. La primera cosa que vemos que Jesús realiza al encontrarse con diferentes personas y necesidades, es que él escucha muy bien. Él se encuentra con ellos donde ellos están. Él pone atención a las necesidades materiales de sus vidas, y a sus necesidades emocionales. Él escucha de verdad para ver que es lo que ellos están diciendo entre líneas, no solamente sus palabras. Así que por ejemplo podemos ver en el evangelio de Marcos el encuentro con el padre cuyo hijo ha estado atormentado por años y años por demonios, tanto que él se corta a sí mismo, y siente que no puede tener más esperanza. Él dice, "por favor ayuda mi falta de fe." Así que en vez de reprenderlo, Jesús le responde, y sana a su hijo. Y después observamos la trayectoria del evangelio, ¿Hacia donde va Jesús? Jesús va hacia Jerusalén a entregar su vida por sus seguidores, a pagar por sus pecados. Ésta expresión de amor sacrificado pone a un lado todo tipo de gloria para sí mismo, en términos de la cultura de esa época y después entrega su vida por sus seguidores. Así que éste es el patrón que Jesús presenta en el evangelio, de la forma en que se interesa y escucha a la gente que encuentra, y después hacia donde va, él va hacia Jerusalén a entregar su vida. Ese es el liderazgo de servicio. [Dr. Greg Perry]
Con las expectativas mesiánicas judías y el ministerio de Jesús en mente, consideremos las respuestas que Marcos quería que sus lectores tuvieran sobre el aspecto de la identidad de Jesús como el Cristo.
Respuesta Apropiada
Jesús enseñó que sus seguidores sufrirían. Que enfrentarían resistencia en la sociedad. Que tendrán conflictos familiares. Que serán tentados y maltratados por fuerzas demoníacas. Serán perseguidos, y algunos incluso asesinados. Sin embargo, les pidió lealtad y perseverancia. Escuchemos como Jesús resumió esta idea en Marcos 12:30:
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. (Marcos 12:30)
Aquí, Jesús se refirió a Deuteronomio 6:5 para hacer énfasis en la totalidad de las demandas de Dios en las vidas de su pueblo. Debemos estar totalmente dedicados a Dios en cada aspecto de nuestro ser y nuestras vidas.
Seguir a Jesús involucra sacrificio y sufrimiento. Pero él sigue pidiendo que nos dediquemos completamente a él, y que estemos dispuestos a vivir de formas que el mundo rechaza por el bien del reino.
Como un ejemplo, consideremos la historia del joven rico en Marcos 10:17 al 31. Él se acercó a Jesús preguntándole qué tenía que hacer para heredar la vida eterna, y Jesús le dijo que vendiera todas sus posesiones y se las diera a los pobres. Pero las demandas de Jesús eran mayores de las que el joven rico podía llevar, así que se retiró triste. Jesús le dijo a sus discípulos que esto no los debería sorprender porque "era más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja que para un rico entrar al reino de Dios." Continuó diciendo que sus seguidores deberían de estar dispuestos a dejar a su familia, casas y posesiones. Deberían estar dispuestos a ser perseguidos. Deberían de estar dispuestos a ser martirizados por su nombre. Como Jesús había dicho en Marcos 8:34 y 35:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. (Marcos 8:34-35)
De una o de otra forma, cada cristiano tiene una cruz. Pero por la gloria y bendición de la salvación vale la pena el sacrificio.
Porque por un lado Jesús dijo toma tu cruz, pero están esos momentos en la vida de Pedro donde él ve su mano y ve una espada. Él cortó la oreja del sacerdote. Éste ha sido el dilema de la iglesia por siglos, ¿La espada o la cruz? ¿Seguimos el camino de la ingenuidad o de los métodos humanos o de la sabiduría humana? o ¿Nos suicidamos negándonos a nosotros mismos y a seguir a Jesús? Y Jesús expresó claramente que la gloria, el tipo de gloria que Dios ofrece por medio de su hijo, solamente se puede encontrar por medio de la cruz, siguiendo el camino de Jesús. Así que la pregunta no es ¿Cuánto podemos comprometer? ¿Qué podemos comprometer? sino, ¿Seguiremos a Jesús? Y cuando la gente se compromete a ese propósito, cuando entienden que el camino a Jesús es el camino de la cruz, y que seguirlo significa morir a uno mismo y vivir para él, entonces estas preguntas de comprometerse o no comprometerse, unidad y no unidad, se tienden a resolver siempre y cuando nos enfocamos en la naturaleza con forma de cruz de la vida cristiana. [Rev. Michael Glodo]
El discipulado es un camino difícil. De hecho según Jesús, entrar en el reino de Dios es imposible cuando confiamos en nuestro propio poder para hacerlo. Pero escuchemos como Jesús alentó a sus discípulos en Marcos 10:27:
Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. (Marcos 10:27)
Nosotros no tenemos el poder para obedecer a Jesús de la forma radical que él demanda. Pero Dios si. Y él usa ese poder en nosotros para asegurarse que entremos en su reino.
Una de las peores cosas que podemos hacer es buscar crecer en Cristo, ser santificados, y crecer en santidad y justicia, separadamente del poder del Espíritu. Esto no agrada a Dios. Esto es no depender en el Dios que nos salvó para después santificarnos.El trabajo del Espíritu, el poder del Espíritu es esencial para cualquier cosa buena que sale de nosotros, para el crecimiento en nuestras vidas. Lo increíble es, que como Jesús es nuestro ejemplo, es eso lo que vemos exactamente en su vida. El Espíritu Santo viene y trabaja en la vida de Cristo, dándole poder y guiándolo, ungiéndolo en su bautismo, en el principio de su ministerio, aún antes de eso haciendo que se diera la concepción virginal, donde tenemos a Dios haciéndose hombre. Vemos que el Espíritu lo guía al desierto para ser tentado. El Espíritu viene y lo ministra. El Espíritu es la obra de poder en la vida de Cristo. Sí es así, es sin duda lo que dará poder a la vida de los seguidores de Cristo. [Dr. K. Erik Thoennes]
Marcos quería que su audiencia original en Roma supiera que su sufrimiento y persecución era una señal de que eran verdaderos seguidores de Cristo. Era parte del plan de Jesús para su reino. Y Marcos quiso que sus lectores fueran animados por este hecho. Quería que tuvieran confianza que Dios les daría poder para perseverar en medio de sus dificultades, así como Él lo había hecho con Jesús, para que ellos pudieran enfrentar sus sufrimientos con ánimo y esperanza.
Jesús sigue trayendo lentamente su reino; sigue usando el sufrimiento de su pueblo para alcanzar su fin; y él continúa capacitándonos para perseverar. El sufrir por la causa de Jesús y su reino no nos debería desanimar; nos debería confortar e inspirar. Sufrimos porque somos sus siervos. Y estamos confiados que un día nuestro sufrimiento será premiado con más bendiciones de las que comprendemos, bendiciones que reponen las dificultades que hemos resistido.
El segundo aspecto de la identidad de Jesús que vamos a considerar es su rol como el rey conquistador que trae el reino de Dios a la tierra.
Rey Conquistador
El Antiguo Testamento dejó claro que el Mesías sería un descendiente del rey David, y que su trabajo sería restaurar la gloria del trono de David y reinar sobre Israel para siempre. Vemos estas profecías en lugares como Salmos 89, 110 y 132, y confirmadas en Marcos 12:35. Así que, siempre cuando Jesús fue identificado como el Cristo o el Mesías, su estatus real también fue confirmado. Por ejemplo, por esto es llamado "Hijo de David" en Marcos 10:47 y 48. Y el mismo Jesús abiertamente dijo ser el rey mesiánico en Marcos 14:61 y 62 cuando fue juzgado en el Sanedrín, y en Marcos 15:2 cuando fue juzgado por Pilato.
Consideraremos tres aspectos del rol de Jesús como el Rey conquistador en los que Marcos hizo énfasis. Vamos a considerar el hecho de que Jesús proclamó su reino. Veremos que él demostró su poder y autoridad. Y observaremos que él conquistó a sus enemigos. Comencemos con el hecho de que Jesús proclamó su reino.
Proclamó su Reino
Recordemos la forma en que Marcos resumió el ministerio del evangelio de Jesús en Marcos 1:14 y 15, donde él dio este relato:
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Marcos 1:14-15)
El propósito central del ministerio de predicación de Jesús era proclamar el evangelio o las buenas nuevas que el reino de Dios esta cerca, y que sus bendiciones se ofrecen a todos aquellos que se arrepienten y creen.
Jesús también proclamó su reino al enseñar sus secretos a los discípulos. De hecho, esta es la razón por la cual a menudo enseñaba en parábolas — para revelar los secretos del reino a los escogidos, mientras los oculta de los que no son.
Escuchemos lo que Jesús les dijo a sus discípulos en Marcos 4:11 y 12:
A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados. (Marcos 4:11-12)
Y por supuesto, con frecuencia Jesús describió el reino de Dios. Por ejemplo, en Marcos 10 identificó a los que entrarían al reino de Dios con facilidad, como los niños y a los que podrían entrar con gran dificultad, como los ricos.
El segundo aspecto del rol de Jesús como Rey conquistador que mencionaremos será que demostró su poder y autoridad como la cabeza del reino de Dios en la tierra.
Demostró Poder y Autoridad
Jesús demostró su poder de rey y autoridad principalmente por medio de sus milagros. Por ejemplo, en Marcos 4:41 dice que la creación obedeció sus órdenes. Y que los demonios frecuentemente lo reconocían como el Hijo de Dios, como lo vemos en Marcos 1:24, 3:11, y 5:7. La habilidad de Jesús de hacer su voluntad sobre la naturaleza y los demonios fue una fuerte demostración de que él había venido para traer el reino de Dios a la tierra. Y lo mismo es verdad sobre sus curaciones milagrosas. Las bendiciones del reino incluyen vida y salud. Así que, cuando Jesús sanó a la gente, les estaba repartiendo bendiciones del reino, de acuerdo a sus privilegios reales.
Jesús hizo milagros probablemente por lo menos por tres razones: uno él, quiere mostrar su compasión, la compasión de Dios hacia la gente que sufre. Él sana gente porque lo mueve la compasión, la lástima que siente por ellos. Quiere llenar sus necesidades, pero al hacer eso, también está diciendo la verdad de quien es él, que él es el Mesías y que él está trayendo la salvación del reino. Así que los milagros son señales de su identidad, simplemente no señala que él es Dios y que él puede hacer estas cosas, sino que advierte que él es el Mesías. Así que la tercera razón es que los milagros indican que la salvación mesiánica ha venido. La era prometida por Dios ha irrumpido en la historia y ahora estamos devolviendo o deshaciendo la maldición que trae enfermedades, por lo que él, está sanando a la gente. Inclusive, cuando la comida y la bebida es restringida, él provee comida y vino en abundancia, así que los milagros están provocando los cambios de Dios en la historia, porque él es el Mesías y esa es su misión, traer esto a nuestras vidas. [Dr. John McKinley]
Además de hacer milagros, Jesús también demostró su poder y autoridad real de otras formas. Por ejemplo, en Marcos 1:16 al 20, Jesús osadamente llamó a sus discípulos a dejar sus casas, familias, y negocios para seguirlo. Él no solamente dio sugerencias sabias. Él exigió un cambio de vida como respuesta. De hecho, esta es la misma orden que él le da a todo el que escucha el evangelio, y él sigue esperando la misma respuesta. Cada ser humano está obligado a obedecer a Jesús, a comprometer sus vidas a él y a seguirle a donde sea que nos dirija.
Probablemente el ejemplo más memorable de la autoridad de Jesús es cuando le perdonó los pecados al paralítico en Marcos 2:3 al 12. Jesús y todos los demás sabían que sólo Dios puede perdonar los pecados. Pero increíblemente, Jesús no le dijo a éste hombre que buscara el perdón de Dios; él con autoridad le perdonó los pecados. Como resultado, esta declaración no sólo era la garantía del perdón para el hombre, sino también de la autoridad real de Jesús. Al perdonar los pecados de este hombre, Jesús demostró que el tenía autoridad divina para administrar justicia dentro del reino de Dios. Y al sanar al hombre inmediatamente después de perdonar sus pecados, Jesús probó que su mensaje verdaderamente venía de Dios. Y, por supuesto, la autoridad de Jesús para perdonar los pecados es una de las más grandes razones para que le sigamos. A través de él, nuestros pecados pueden ser perdonados, para que podamos reconciliarnos con Dios. En vez de ser enemigos, podemos ser ciudadanos leales de su reino, con todas las bendiciones eternas que éste conlleva.
El tercer aspecto del rol de Jesús como el Rey conquistador que vamos a mencionar es que él conquistó a sus enemigos.
Conquistó Enemigos
Jesús tuvo muchos enemigos durante su vida: los líderes judíos que se oponían a él, los no creyentes que lo rechazaban, los demonios que expulsó, y otros enemigos. Y en cada caso cuando se enfrentó contra sus enemigos, el ganó. Derrotó argumentos; evitó planes; liberó a la gente de su opresión. Inclusive usó los planes de otros para lograr sus propios propósitos, les permitió que lo crucificaran en la cruz para pagar por nuestros pecados. Todas estas victorias probaron que Jesús realmente era el Mesías, el Rey Davídico que había venido a traer el reino de Dios a la tierra.
Los demonios frecuentemente son un grupo de enemigos que Marcos menciona. De hecho, Marcos pone más énfasis en el poder de Jesús sobre las fuerzas demoníacas y satánicas que cualquier otro escritor de los evangelios. Marcos enfocó la atención de sus lectores al control de Jesús sobre los demonios.
Para Marcos, éste conflicto entre Jesús y los demonios era la evidencia de que Jesús había traído el reino de Dios. La presencia del reino no implicaba una vida pacífica sin problemas. Por el contrario, implicaba que el reino de Jesús había venido a pelear en contra y a derrotar eventualmente todos los poderes demoniacos del reino del mal. Para los cristianos de Roma, esto significó que sus sufrimientos eran parte de una guerra espiritual más grande. Y aunque podían ser oprimidos y perseguidos por un tiempo, ellos continuaban en el lado ganador, y un día tendrían la victoria completa. Y esto mismo ocurre para nosotros hoy.
Pero tan sorprendente como fue el poder de Jesús sobre los demonios, su victoria más grande fue sobre la muerte misma, Pablo lo llamó "postrer enemigo" en 1 Corintios 15:26. Antes de que Jesús muriera él explicó repetidamente a sus discípulos que su muerte era el camino a su victoria. La muerte era un enemigo. Pero Jesús conquistaría y usaría este enemigo para sus propios propósitos. Como un ejemplo, escuchemos como Jesús tranquilizó a sus discípulos durante la Última Cena en Marcos 14:24 y 25:
"Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada. De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios." (Marcos 14:24-25)
Como un tierno pastor, Jesús prometió que lejos de ser un motivo de desaliento, su muerte sería la victoria del pacto de Dios sobre el pecado y sus consecuencias. Jesús también prometió que ésta no era la última cena que compartiría con sus discípulos. Después de todas las terribles cosas que estaban a punto de pasar — su arresto, juicios, sufrimiento y muerte — él participaría otra vez con ellos cuando su reino fuera consumado en toda su gloria. Desde los lectores originales de Marcos en el mundo antiguo, hasta la iglesia a través de los siglos, las celebraciones de la Última Cena del Señor nos recuerdan que la victoria de Cristo eventualmente vencerá todos nuestros sufrimientos. Un día, seremos recompensados celebrando una cena de victoria con Jesús mismo. En su crucifixión, muerte y sepultura, Jesús permitió que la muerte tuviera poder sobre él por un tiempo, para podernos redimir del pecado. Pero él no se quedó sometido a ese poder. En su resurrección, conquistó hasta a la muerte, probando más allá de toda duda que él es el Cristo, el Rey mesiánico que Dios ha enviado para restaurar su reino en la tierra.
Pero si Jesús vino para ser el rey, ¿significa que fracasó? Esta pregunta debe de haber perturbado a la perseguida audiencia de Marcos, al igual que ha preocupado a muchos cristianos de todos los tiempos. Después de todo, no vemos a Jesús reinando en la tierra. No parece que llevó a cabo todo lo que el Rey mesiánico debería haber logrado.
En el evangelio de Marcos, en su primera mitad, el reinado de Jesús se enfatiza fuertemente, Jesús demuestra que él tiene poder sobre la enfermedad. Demuestra que él tiene poderes sobrenaturales. Demuestra que puede reunir a un séquito a su alrededor. Y todas las cosas que esperaríamos que un Dios Rey hiciera entre nosotros. Pero la sorpresa que los discípulos encuentran difícil de procesar, particularmente en el evangelio de Marcos, es cuando Jesús anuncia o afirma que él es rey, porque sus mentes están lentamente entendiendo, y él continúa diciendo que será rechazado, que sufrirá y que morirá. Y en el principio yo creo, encontraron muy difícil poder entender la idea de que el Rey debería de venir de entre ellos como el que sirve, pero, con el beneficio de la retrospectiva mirando hacia atrás, en las predicciones de la venida del Rey, podemos juntar pasajes como Isaías 53 que hablan acerca de un Rey que viene, pero que también sufrirá y morirá, y Jesús creía que él estaba haciendo eso para pagar el precio de la salvación por el pecado de la humanidad, y que en la cruz él dejaría a un lado su majestad con el fin de expiar los pecados de la humanidad. Pero, incluso ese no es el final de la historia ya que entonces Cristo resucitó de entre los muertos y fue exaltado al cielo, y ahora ocupa el lugar como Rey sobre toda la creación y él regresará como juez de los vivos y los muertos. [Dr. Simon Vibert]
Jesús no era el tipo de mesías que la mayoría de las personas esperaban en el primer siglo, y no es el tipo de mesías que la mayoría de las personas quieren el día de hoy. Él vivió una vida de sufrimiento y servicio, y llamó a las personas de su reino a hacer lo mismo. En las parábolas del sembrador y de la semilla de mostaza en Marcos 4, Jesús enseñó que sus seguidores serían perseguidos y que parecería como que su reino sería derrotado. Pero él también enseñó que en algunas personas la palabra del reino se arraiga y da fruto. Ellos aceptan el reino de Dios en la obediencia. Siguen a Jesús y agrandan el reino de Dios. El reino está encubierto temporalmente; crece lentamente; e incluso sufre. Pero finalmente, el reino de Dios vendrá en todo su esplendor. Como dijo Jesús en Marcos 4:22:
Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz. (Marcos 4:22)
El mensaje de Marcos tanto para su audiencia original como para nosotros es evidente. El reino de Dios crece misteriosamente, luchando contra la persecución, el sufrimiento y los enemigos. Pero también crece con certeza, conforme al tiempo de Dios. El reino de Dios y el ministerio de Jesús no se pueden detener. Un día, Jesús regresará a terminar lo que empezó y al final derrotará completamente a todos sus enemigos, y nosotros mismos seremos glorificados, ingresando al estado final de una vida eterna que nunca terminará. En ese tiempo no quedará ninguna profecía del Antiguo Testamento sin cumplir. Él lo habrá cumplido todo.
CONCLUSIÓN
En esta lección hemos considerado el trasfondo del evangelio de Marcos en términos de autoría, su audiencia original y la ocasión de su escritura. También hemos explorado la estructura y contenido de su evangelio. Y nos hemos enfocado en dos de sus temas principales: la identidad de Jesús como el siervo que sufre y el Rey conquistador. Si leemos este evangelio con estas ideas en mente, descubrimos que entendemos a Marcos con más detalle, y que haremos mejores aplicaciones a nuestras propias vidas en el mundo moderno.
El evangelio de Marcos resalta aspectos del carácter y del ministerio de Jesús que no son siempre enfatizados en otros evangelios. Nos muestra a Jesús como un activo y poderoso maestro de sus alrededores. Pero también nos muestra que aún en su poder, Jesús voluntariamente tomó el papel de un siervo que sufre. Y Marcos nos llama a una variedad de respuestas al ejemplo de nuestro Señor. Él quiere que caigamos a los pies de Jesús con admiración, que lo escuchemos en silencio, y que respondamos a sus palabras con una obediencia radical. Él quiere que estemos dispuestos a sufrir por el reino de Dios tal y como lo hizo Jesús. Y quiere que estemos animados, sabiendo que cuando Jesús conquistó a sus enemigos por medio de la cruz, también aseguró la victoria para nosotros. Y es en esa esperanza que perseveramos hasta el día que Jesús regrese con gloria para darnos la victoria en la consumación de su reino.